lunes, enero 01, 2007

2006

La vida sigue su agitado curso, el tiempo inclemente no detiene su peregrinar hacia el patíbulo; sin premura pero sin descanso el transcurrir de los momentos se va apilando en la enorme loma de los recuerdos y deja de ser lo que es, para formar parte simplemente de lo que fue. Los hombres testigos contemplativos del reloj nos limitamos a ser victima de sus designios siendo meros actores secundarios que se acogen (aunque con un poco de recelo) al caminar de esas caprichosas manecillas.

Pasar balance a doce meses es mucho, aun cuando en realidad 365 días es solo un instante en la existencia de este lugar que llamamos hogar; un año más de vida para los más optimistas; un año menos para los pesimistas o simplemente el inevitable cambio de calendario en los refrigeradores para los indiferentes. El momento de transición entre lo viejo y lo nuevo, el dejar cosas atrás para iniciar nuevos proyectos, el sentirnos una vez más indefensos ante el trajinar de la historia; es definitivamente una experiencia que aunque toda la humanidad la vive al mismo tiempo, posee connotaciones tan diversas como cabezas hay en el mundo. Sin querer pecar de nostálgico y mucho menos acercarme a una postura existencialista quiero resaltar que; el pasar de un año no es solo el optimismo desbordante de la noche del 31 de diciembre, ni será jamás simplemente el dar gracias a Dios por el haber pasado una nueva etapa de la vida (Claro que eso no se puede quedar) ; la oportunidad de empezar a vivir 365 nuevos días debe llevarnos también a analizar lo que hemos pasado; las cosas vividas, y repensar nuestra actitud hacia el mundo; no quedarnos solo en las banalidades, sino poner en una balanza lo que tenemos con lo que queremos y ver que podemos hacer para que reducir el desnivel que existe en nuestras respectivas vidas; tanto en el sentido personal, como también a nivel de país.

El 2006 ha muerto y con él se han ido, seres queridos, proyectos, expectativas, pero también se han ido desengaños, fracasos y penas; no podemos negar que fue un año difícil. Pero nace el 2007, una nueva oportunidad, un nuevo inicio para tratar de ser mejores, 365 días para avanzar juntos hacia lo que necesitamos como individuos y como nación; los desafíos serán fuertes y las trabas difíciles, pero espero en Dios que el corazón del pueblo vuelva a latir, que nos atrevamos a decir basta, ojala en este 2007 cada uno en su área, seamos lo suficientemente valientes para salir adelante.

Ojala en el 2007 hagamos por fin, un poquito mas de Patria